Nos pasamos 24 horas al día con nosotros mismos. Somos la persona con la que más dialogamos, sin darnos cuenta. Te dices algo a ti mismo, eso te hace sentir de una manera y zas… ya has reaccionado sin darte cuenta.

Tenía ganas de escribir sobre esto después de leer el artículo de Carlos Bravo 7 expresiones tóxicas que deberías borrar de tu vocabulario para seguir adelante. Me inspiró y también me hizo sonreír por su estilo sin pelos en la lengua.

Aquí tienes 5 expresiones que nos decimos habitualmente y que nos empequeñecen y limitan. También verás qué alternativas hay, prueba a cambiar una por otra y observa si sientes más fuerza y confianza en ti mismo.

¡Cómo no van a ser importantes las palabras que usamos!

Nos vamos hipnotizando y nos creemos cosas que no son. Más adelante verás cómo lo hacemos.

1. “Soy tonto”

Típica cuando te equivocas, metes la pata o te das cuenta de que has perdido el tiempo con esa chica o chico. Es una autoagresión sutil y que incluso está bien vista; así uno reconoce sus fallos. Pero esto no se lo dirías a alguien a quien quieres o respetas, ¿no? Pues a ti mismo tampoco. La escritora Brené Brown dice que sus hijos tienen aprendida la norma de no insultar a nadie… y menos aún a ellos mismos. Yo lo cambio por “Vaya, me he equivocado, a ver qué puedo aprender de esto”.

2. “Tengo que…”

Acaba la frase con las cosas que tú tienes que hacer. Tengo que ir al gimnasio, ser más paciente, estudiar, ir a trabajar. Luego cambia “tengo que…” por “Elijo…”. Elijo ir al gimnasio, ser más paciente, ir a trabajar. ¡Sí, hasta eso lo estás eligiendo! (podrías no hacerlo pero no lo haces porque quieres tener dinero). Cuando dices “Tengo que…” no te das tiempo a poner en duda la demanda ni a ver cómo te sientes; te conviertes en esclavo. “Elijo…” te da el poder de saber que estás eligiendo, aunque sigas haciendo lo mismo que antes.

3. “No puedo…”

No puedo quedar contigo, no puedo decir lo que pienso, no puedo venir antes… Cámbialo por “No quiero…” No quiero quedar contigo, no quiero decir lo que pienso, no quiero venir antes. ¿Era realmente imposible o era algo que no deseabas hacer?. “No puedo” te debilita y acobarda; “no quiero” te vuelve poderoso, te da permiso para negarte a algo porque no te agrada o porque el precio de hacerlo sería demasiado alto.

4. “Necesito…”

…que vengas  a verme, una casa más grande, que me escuches… Te confieso que esta me ha costado. Me he dado cuenta de que las cosas que necesito son en realidad cosas que “quiero mucho”; que podría sobrevivir fácilmente sin ellas. Cuando en vez de “necesito” digo “quiero…” me sigo dirigiendo hacia ellas, pero con menos exigencia hacia el otro o la vida. Además durante el camino estoy atenta a si el esfuerzo merece de verdad la pena, puesto que podría arreglármelas sin ellas.

5. “Tengo miedo de intentar…”

Miedo de decirle a tu jefe lo que piensas, miedo de lanzarte con un proyecto, miedo de acabar con una relación… acaba tú la frase. Luego cambia el principio por “Me gustaría…”. Me gustaría decirle a mi jefe lo que pienso, dejar esta relación… ¿Cómo te suena?. Estos miedos esconden las ganas que tenemos de que deseos ocultos se cumplan. Podemos sentir a la vez miedo y atracción (no es de locos) hacia algo; reconocerlo te ayuda a ver qué es lo que puedes ganar y lo que puedes perder si lo intentas.

Presta atención a cómo te hablas y a lo que te dices, como si escucharas la radio interna de tu cabeza. Verás que te hipnotizas creyéndote menos de lo que eres: menos independiente, menos capaz o menos inteligente.


Prueba a cambiar unas expresiones por otras y observa cómo te sientes.

Y tú, ¿qué es lo que te dices a ti mismo? ¿Cómo lo haces para auto-ayudarte?

Ya sabes que siempre lo digo, pero de verdad… ¡me gusta saber lo que piensas! Dímelo en los comentarios, más abajo.

Con cariño,

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