“Lo nuestro se acabó.

Lo dejamos aquí.

Y mejor si no me llamas ni me escribes”

No sé si has vivido algo así. Si terminaste mal una relación, dolido porque algo fue muy mal. Porque te mintió, se fue con otro o discutíais cada dos por tres.

¿Crees que es posible dejar atrás ese dolor totalmente y desearle a tu ex pareja lo mejor de lo mejor?

No lo sé, cada persona tiene una historia y por eso el título de este artículo es una pregunta. Yo te cuento algo que me abrió los ojos y que me ayudó a sentirme bien con esa persona y conmigo misma. Si te sirve me alegro y si no, déjalo a un lado.

Cuando el resentimiento no se disuelve del todo

Hace años acabé una relación de esas y me quedé resentida. Lo llevé a terapia y estaba abierta a otras formas de perdón. ¿Conoces el Hoʻoponopono, la práctica hawaiana para la reconciliación y el perdón? Pues la practiqué. Lo siento, perdóname, te amo. Me encantó, es preciosa.

Cada vez había menos dolor, como cuando se deshace un cubito de hielo en un café caliente: me perdono, te perdono… se disuelve….

Pero no del todo.

Un día leí sobre cómo despedirse con amor de un ex, cambiando el resentimiento por bendiciones. “Vas a tener que entrenar duro para hacerlo, querida” – me dije.

Sí, ya, claro.

Lo entendí con la cabeza pero no lo sentí con el corazón, imposible.

No le deseaba nada malo a mi ex (por supuesto) pero sencillamente le decía: “Que la vida no sea muy dura contigo. Que te vaya bien. Punto.”

¿No has pensado esto alguna vez?

  • Que tu ex encuentre una pareja y sea feliz. Pero no demasiado feliz, o por lo menos no de golpe. Que sufra un poco, igual que lo hiciste tú, para que entienda un poquito lo que es pasar por ello.
  • Que le vaya bien en el trabajo, que lo mantenga por favor. Pero que no tenga tanto éxito como para que se sienta totalmente realizado. O al menos todavía no. Porque las cosas cuestan, que a él le cuesten, como a todos.
  • Que esté bien, tranquilo y sin problemas. Sobre todo por los niños, si los tenéis. Y si no por él mismo también, claro. Pero esa ya no es tu vida, ahí no te metes. Que cada uno sostenga su vela; nadie dijo que esto sería fácil.

Despedir a un ex y sentirte bien

Un día algo empezó a cambiar para mí. Es cierto que antes había tenido que enfrentarme a mi propio vacío, a la decepción y a la sensación de estar desconectada.

Lo que hizo “clic” pasó cuando practicaba una meditación concreta en la que envías buenos deseos a la gente; a la que quieres y a la que no quieres tanto. No te voy a explicar aquí cómo se hace, porque tiene su contexto, pero sí quiero compartir contigo lo que cambió.

Ese día, sentada en el cojín negro sentí algo diferente:

“Que te vaya bien” – le deseé – “pero que te vaya bien… de verdad”.

“Que tengas una pareja que te acompañe y te quiera, que te dé bienestar y te ayude a tener tranquilidad. Porque bastante amor te ha faltado en tu vida (incluido conmigo) y porque lograrlo en la pareja no es tan fácil.

Ojalá te sientas seguro y libre de preocupaciones y peligros. Porque imagino que te vendrán problemas, como a mí. Porque sé que tu vida, como la mía, es incierta y está llena de cambios.

Ojalá tengas salud y bienestar, tanto como te sea posible. Porque tú, como todos nosotros, como yo, vas a envejecer, vas a enfermar y vas a morir.

Así que ojalá tengas todo esto y más. Tanto como te sea posible.

Porque tú, como todos los demás, estás también a merced de la vida.

Y así me despedí. Aliviada y contenta. Convencida de que el cubito de hielo se derritió del todo. O casi.


Hoy no te sugiero a ti nada que hacer, nada que pensar, ningún consejo. No quiero más que compartir contigo esto.

Cuéntame en los comentarios más abajo si también has vivido algo parecido, lo que piensas o lo que quieras, me gusta leerlos.

Te dejo con esta canción que había escuchado algunas veces; justo ayer me fijé en el estribillo, qué casualidad: I hope (life treats you well) – Espero que la vida te trate bien. Tiene su marcha. (Con subtítulos).

Con cariño.

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