Cómo tranquilizarte a ti mismo (y controlar la ansiedad)
Pero ¿qué pasa cuando ese alguien no nos puede atender en ese momento? ¿O cuando hablamos con él o ella pero no nos da la solución y seguimos preocupados? ¿Y qué pasa cuando ni siquiera contamos con esa persona?
Necesitamos aprender a tranquilizarnos a nosotros mismos, saber encontrar la calma dentro de la tormenta.
Hacerlo te da confianza en ti mismo y la certeza de poder sostener las dificultades de la vida. También te saca de una relación de dependencia si recurres a los demás cada vez que tienes un problema. No es que no necesitemos de otras personas para calmarnos, al contrario, el contacto humano es el primer paso y el más efectivo para calmar nuestro sistema nervioso. Pero necesitamos también saber cómo tranquilizarnos a nosotros mismos.
Hay varias formas de hacerlo. En el vídeo te presento una de ellas: usando los pensamientos. Verás las cuatro frases más típicas que nos decimos cuando estamos preocupados y cómo podemos gestionarlas.
Cuéntame en los comentarios del blog, más abajo, qué te ha parecido este enfoque. Y comparte con nosotros también otras formas de tranquilizarte a ti mismo que conozcas… ¡Seguro que nos serán de mucha ayuda!
Transcripción del vídeo
Puede haber sido por algo importante que pasa de repente en la vida: si tu pareja te deja o te pones enfermo, por ejemplo. Pero también hay pequeñas situaciones del día a día que pueden ser difíciles: cuando te equivocas en el trabajo, cuando tienes un problema repentino con el dinero o cuando discutes con alguien a quien quieres.
Pensamientos y emociones van unidos
Cuando estamos preocupados por algún problema como los anteriores es importante que nos demos cuenta de los pensamientos que tenemos. Suelen ser de este tipo:
Eso nunca va a pasar
Esto sólo me pasa a mí. No tendría que estar pasándome, soy una desgraciada
No voy a saber cómo arreglarlo
Lo he hecho mal, es culpa mía
Lo que te he dicho anteriormente son pensamientos. Cuando estamos preocupados o intranquilos por lo general aparece el miedo, la tristeza o el enfado con nosotros mismos, estas son emociones. Y en esas situaciones aparecen sensaciones en el cuerpo: tensión o contracción, por ejemplo.
La propuesta de este vídeo para calmarte a ti mismo va por los pensamientos, que es lo que te dices a ti mismo. Hay otras maneras de hacerlo pero aquí vamos a entrar por el centro cognitivo, que es el de los pensamientos.
Vamos a ver cómo hablarnos a nosotros mismos. ¿Cómo? pues como haría un buen amigo o como haría una madre o un padre con su hijo.
Advertencia: tenemos que abordar los problemas primero
Quiero aclararte algo: esta propuesta no es un sustituto para que uno deje de hacer lo que puede hacer para estar mejor.
Por ejemplo, si estás soportando a una persona abusiva (o tú estás siendo abusivo) o estás estresado por el trabajo, lo primero que yo recomendaría es revisar esa relación y tu situación laboral. Y a la vez ir recordando estas estrategias de pensamiento, pero hay que abordar los problemas.
Y este vídeo tampoco pretende ser la solución en casos de enfermedad grave, duelo, depresión o dificultad constante para saber cómo controlar la ansiedad. En estos casos un acompañamiento emocional personal es lo indicado.
Cuatro diálogos para calmarte a ti mismo y controlar la ansiedad
Lo primero es decirte que esta manera de pensar no viene de forma natural, tenemos que practicarla en el día a día, recordarla.
Vamos a ver cuatro pensamientos típicos de la preocupación y cómo abordarlos. Te invito a que pienses en una situación que te inquieta y observa si alguna de estas reflexiones te tranquiliza.
1. “Esto nunca se me va a pasar o nunca se va a acabar”
Tomar perspectiva: prueba a verte a ti mismo y a tu problema desde una perspectiva más amplia, intentado dar un paso hacia atrás y observar la situación desde ese lugar. Quizás mirarlo como si fuera un capítulo de una serie. A mí lo que me sirve mucho es pensar en el problema desde el futuro, en un año o una década desde hoy.
Esto ayuda a reconocer que el problema pasará, porque todo cambia, así que esto también pasará. No quiere decir que se va a arreglar como tú quieres: no quiere decir que vayas a recuperar tu trabajo o que la enfermedad vaya a curarse, pero sí que la situación va a cambiar. Bien porque por sí misma evolucione o bien porque encontrarás los recursos y la ayuda necesaria para arreglarlo, o para sostenerlo de la mejor manera posible.
2. “Esto solo me pasa a mí. No tendría que estar pasándome, soy un desgraciado”
Humildad. Personalmente, me ayuda verme como uno de los siete mil millones de personas que hay en el mundo. Mi dolor es parte del dolor y sufrimiento que estos siete mil millones de personas experimentan. Las dificultades forman parte de TODA vida humana. La vida no es sufrimiento, pero es parte de ella.
Aceptación. La humildad nos permite ir a la aceptación, aceptar la vida tal como es: imperfecta. Y esto se puede hacer a la vez que aspiras a una vida mejor, o a un mundo mejor, no es incompatible. Para poder solucionar esa situación que nos da ansiedad o preocupación, es necesario incluirla como parte de nuestra experiencia.
Algunos pensamientos de aceptación son:
Recordar que estas realidades dolorosas nos pasan a todos
Aceptar que todos tenemos limitaciones humanas
Reconocer que no podemos controlar todas las causas que nos han traído a esta situación
Aceptar que lo que ha sucedido ha sucedido, y que no podemos hacer nada para cambiar el pasado
3. “Lo he hecho mal, es culpa mía”
Autocompasión. Para este pensamiento insidioso podemos practicar la autocompasión. Pero ojo, autocompasión lo es lo mismo que autoindulgencia. Autocompasión quiere decir que te haces responsable del tu participación en el problema, en el grado que sea, y que a la vez te perdonas. En la autoindulgencia uno se dice a sí mismo: “No es mi culpa, no pasa nada” – pero sin hacerse responsable.
Hay muchas maneras de practicar la autocompasión. Una de ellas es poner tu mano en el corazón y decirte: “Me hago cargo y a la vez me perdono por la forma en la que he contribuido a crear esa situación. Reconozco que sólo soy humana y que inevitablemente en algunos momentos no voy a cumplir mis propias expectativas. No soy perfecta, soy como el resto”. En el fondo es tratarte con comprensión y gentileza a ti mismo.
El toque tiene una explicación psicofisiológica, ya que el contacto con nosotros mismos o con los demás a través del tacto nos ayuda a tranquilizarnos.
4. “No voy a saber cómo arreglarlo”
No estás solo. No te preocupes en soledad. Conecta con alguien. Y me dirás, ¿pero este no es un vídeo para calmarte a ti mismo? ¿Por qué introduces a terceras personas? Porque el saber que ahí fuera hay alguien de confianza o que entienda del tema nos conecta con el pensamiento de “no estás sólo”, que es de los más tranquilizadores. No hace falta que hables con alguien de manera inmediata si no quieres, ese sería un segundo paso, pero sí que te recuerdes a ti mismo que la posibilidad de apoyarte en alguien es real,
Confia en ti. Una de las estrategias que más me ayuda en el presente es confiar en mis recursos. La invitación es a confiar que dentro de ti tienes o tendrás los recursos para poder afrontar la situación. Ahora quizá no sabes cómo afrontarla, pero más adelante sí. Confiar que de una manera u otra vas a poder tener la sabiduría, la visión y la intuición para solucionar el problema o para encontrar la mejor manera de llevarlo.
Este vídeo es sólo un enfoque, no pretende arreglar todo el miedo o la preocupación que estés sintiendo, ni tampoco es la solución mágica para que sepas cómo controlar la ansiedad. Si hay algo que no puedes superar busca la ayuda de un profesional, un terapeuta o psicoterapeuta que te ayude a gestionarlo personalmente. No lo dejes porque es posible mejorar.
Para lo demás te dejo con una imagen que a mí me sirve como recordatorio (sólo incluida en el vídeo). Para calmarnos necesitamos tratarnos tal como nos trataría una buena madre o un buen padre, que nos diría: “Puedes equivocarte, esto pasará, no estás solo, encontrarás los recursos para superarlo o para poder vivir con ello, confía.”
Si no estás suscrito a mi canal de Youtube hazlo aquí. Y si quieres recibir un aviso en tu correo con cada nuevo vídeo y otra información que solo comparto con mis suscriptores, porque es más personal, suscríbete a mi newsletter.
Cuéntame en los comentarios del blog, aquí más abajo, qué te ha parecido este enfoque. Y comparte con nosotros también otras formas de tranquilizarte a ti mismo que tú conoces, seguro que a alguno de nosotros nos será de mucha ayuda.
Espero que estés muy bien, te mando un abrazo y nos vemos pronto.
¿Te ha gustado el artículo?
Suscríbete para recibirlos directamente en tu correo y accede a mi informe 10 Claves para Sentirte Bien Contigo mismo:
Cristina Enjuto
Soy terapeuta Gestalt, Master-Trainer en PNL y estoy formada en Psicoterapia Integrativa en el programa SAT de Claudio Naranjo. ¿Quieres saber cómo puedo ayudarte? Visita la pestaña “Servicios”.